Lesiones de Rodilla

Prevención de lesiones de rodilla

Las lesiones de rodilla

Las estadísticas muestran que las rodillas son una de las zonas más afectadas por lesiones en la práctica del esquí, representando el 48% de las lesiones, seguidas de las lesiones de tronco y espalda (14%). Muchas de estas lesiones afectan directamente a los ligamentos cruzados anteriores (LCA).

Este tipo de lesión suele requerir largos períodos de inmovilización y, en algunos casos, cirugía. Las lesiones de rodilla pueden afectar a los ligamentos, tendones, bolsas sinoviales, huesos, cartílagos y ligamentos que forman la articulación. Algunas de las lesiones más comunes son:

Lesión del Ligamento Cruzado Anterior (LCA): La ruptura o elongación del LCA es frecuente en deportes que requieren cambios bruscos de dirección o giros repentinos, como el esquí, el surf, el enduro o el motocross.

Fracturas: Los huesos de la rodilla, incluida la rótula (patela), pueden romperse debido a colisiones o caídas.

Lesión de Menisco: El menisco, un cartílago que actúa como amortiguador entre la tibia y el fémur, puede romperse o pinzarse si se gira la rodilla de forma repentina mientras se carga peso sobre ella.

Bursitis de la Rodilla: La inflamación de las bolsas sinoviales, que permiten el deslizamiento suave de tendones y ligamentos sobre la articulación, puede ser causada por lesiones.

Tendinopatía Rotuliana: La inflamación de los tendones, que unen los músculos a los huesos, es común en actividades que implican correr, esquiar, andar en bicicleta o saltar.

Esguinces: Ocurren cuando uno o varios ligamentos de la rodilla se estiran excesivamente debido a tracción o retorcimiento.

Distensiones: Se producen cuando los músculos o tendones se estiran en exceso.

Para prevenir estas lesiones, es fundamental utilizar rodilleras adecuadas, realizar ejercicios de fortalecimiento y estiramiento, y seguir las técnicas correctas al esquiar.

¡Cuida tus rodillas y disfruta del esquí de manera segura!

Foto de Lesión y de un médico

¿Qué es una lesión de ligamento cruzado anterior de la rodilla?

El ligamento cruzado anterior (LCA) es el ligamento de rodilla más frecuentemente lesionado. Este ligamento controla el movimiento anterior de la tibia en relación al fémur y si la tibia se desplaza demasiado hacia delante, el LCA puede romperse. El LCA es también el ligamento que más se tensa cuando la rodilla está en extensión, por lo que si la rodilla se fuerza más allá de este punto, hiperextensión, el LCA también puede sufrir una rotura.

El LCA se lesiona a menudo en deportes extremos en los que hay una gran actividad tipo Motocross, cuando el piloto sufre un golpe directo, un movimiento de torsión o una hiperextensión. Por ejemplo, una hiperextensión y torsión puede suceder cuando un piloto apoya el pie en una curva. El resultado de un desgarro del ligamento viene caracterizado por un sonido fuerte y seco junto con una sensación de inestabilidad en la rodilla. Muchas veces LLI (Ligamento Lateral Interno) y LCA se lesionan al mismo tiempo.

¿Por qué necesito mi ligamento cruzado anterior?

El LCA estabiliza la rodilla y la inestabilidad causada por una rotura de este ligamento conlleva una sensación de inseguridad o desplazamiento de la rodilla, especialmente cuando se tiene intención de cambiar de dirección. Las personas con rotura de este ligamento pueden sufrir inestabilidad cuando bajen escaleras, colinas, en paros y giros bruscos o simplemente cuando la rodilla esté en total extensión. La sensación la definen como “se me va la rodilla”

Los síntomas tras un desgarro del LCA no tienen porqué ser los mismos en todas las personas que lo sufren. Por lo general irá acompañado de una hinchazón de la rodilla poco tiempo después de la lesión. Esta hinchazón se debe a una hemorragia de los vasos sanguíneos rotos en el ligamento dañado. El dolor y la hinchazón de la lesión inicial desaparecerán por lo general después de algunas semanas, aunque la inestabilidad persistirá. Esta inestabilidad física y la incapacidad del paciente para controlar la rodilla requerirán de tratamiento. La inestabilidad es tratada en muchos casos mediante cirugía ortopédica en la que se reconstruye el ligamento, aumentando así la estabilidad de la rodilla y evitando daño en la articulación.

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